jueves, 21 de julio de 2016

Cláusula suelo y TJUE ¿Protegió el sistema financiero al ahorrador?

cláusulas suelo
¿Dónde estaba el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) cuando esos bancos que aplicaban la cáusula suelo ejecutaban las hipotecas de quienes ya no podían pagar?

Hace unos días, el TJUE a través de su abogado general, se pronunció en contra de la retroactividad de las devoluciones por las cláusulas suelo en las hipotecas, con lo que evitaba a la banca el pago de una factura millonaria por cobrar de más en concepto de cláusulas suelo irregulares. Decía el abogado que el impacto sobre la economía de esta retroactividad es motivo suficiente para no admitirla.

Ya lo dijo el Supremo hace tres años: el reintegro de todo lo cobrado de forma abusiva pondría en riesgo la viabilidad del sistema financiero español, un sistema financiero que se ha comido unos 100.000 millones en ayudas públicas (unos 2.175 euros por españolito) y que ahora argumenta que esos entre 5.000 y 7.000 millones de euros que nos ha estafado a algunos con la cláusula suelo, según el Banco de España, se lo tiene que quedar... por el bien de todos.

En mi pueblo a esto lo llaman hacer comulgar con ruedas de molino. Y por mucho que nos lo quieren decorar, el TJUE ha avalado con su decisión el engaño masivo a los ahorradores españoles.

Nos han estafado con preferentes, Cocos, Swaps, cláusulas suelo, etc. Han ejecutado nuestras hipotecas, han sido unos gestores incompetentes y ladrones, pero la factura la tenemos que seguir pagando nosotros, según la UE. Pues miren ustedes, señores de la UE, hoy me siento un poco más británico. Hoy entiendo que algunas personas no quieran que ustedes decidan por ellos, motivos tienen de sobra con decisiones como la suya.

Porque... ¿Dónde estaba el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) cuando esos bancos que aplicaban la cáusula suelo ejecutaban las hipotecas de quienes ya no podían pagar, dónde?

jueves, 7 de julio de 2016

Principales consecuencias positivas del Brexit

brexit
Tras la sorprendente victoria del NO a la Unión Europea por parte de la mayoría de los británicos se ha escrito mucho sobre las consecuencias negativas que podría tener esta decisión, pero también hay que hacer una lectura positiva de un error así.

Resumiendo un poco lo ocurrido, podemos decir que el Primer Ministro británico, David Cameron, decidió dejar que su pueblo decidiera sobre dos espinosos asuntos que siempre estaban sobre la mesa y nadie se atrevía a afrontar: la independencia de Escocia y la pertenencia a la Unión Europea. Probablemente, el hecho de que Escocia votara en línea con lo previsto y dijera SÍ, animó a Cameron a repetir referéndum para solventar el otro problema recurrente del pueblo británico. Solo que en esta ocasión, salió cruz y, contra pronóstico (se esperaba una victoria ajustada del SÍ) el Reino Unido dijo NO.

En realidad, en estos momentos, el mayor temor es que nadie sabe las consecuencias reales que a medio y largo plazo puede tener el Brexit para el Reino Unido y para sus antiguos socios europeos. Se habla de menor crecimiento económico, debilidad de la libra, deslocalización de empresas, volatilidad en los mercados y de retraso en la subida de tipos en Estados Unidos, pero insisto, nadie sabe a ciencia cierta qué va a pasar.

Sin embargo, lo que nadie puede negar es que el Brexit ha provocado una envidiable purga en la clase política del Reino Unido; algo que, no olvidemos, no hemos tenido en España a pesar de repetir elecciones por la incapacidad y el bajo perfil de los aspirantes al sillón presidencial. No me digan ustedes que no habrían visto con buenos ojos que rodasen un par de cabezas para poder votar con más alegría en la segunda convocatoria.

Por otro lado, por fín unos europeos (ya ex europeos) han abierto los ojos de los políticos y les han hecho un 'zasca en toda la boca' con la evidente falta de conexión entre el Parlamento Europeo y los votantes. Lo veníamos avisando con nuestra contínua abstención en las elecciones europeas, pero nadie quiso verlo. Pasamos demasiado de Europa porque no nos sentimos identificados con las decisiones de Bruselas y eso es un gravísimo problema político. Reino Unido ha dicho NO a algo que reamente los británicos desconocen y que, por tanto, no les interesa: la Unión.

Este punto enlaza con la siguiente consecuencia positiva del Brexit. No sólo hubo un exceso de buenismo pensando en que ganaría la opción europeista, sino que se ha demostrado lo que decían las encuestas. El país votó con el corazón porque en la cabeza no tenía nada. Y se sabía que el NO era la opción mayoritaria de los más viejos, de los más paletos, de los menos cultos, de los menos urbanitas... Ahora en España, algunos partidos propugnan una reforma electoral que haga que todos los votos valgan igual. Pues no señores, todos los votos no pueden valer igual. El hecho de que se disparasen en el Reino Unido las búsquedas en Internet sobre qué es la UE y el cerca de millón y medio de personas que vinieron a decir "ups, me he equivocado, votemos de nuevo" en otra web demuestran que no todos podemos votarlo todo. Habría, si eso fuera posible, que pasar un examen antes de votar ciertas cosas y eso es imposible e impopular.

Y esta es la cuarta consecuencia positiva del Brexit: Ahora ya sabemos que hay ciertas cosas que no se pueden someter al voto popular. Si a mí me pagan por escribir y a un bombero por apagar fuegos, a un político le pagamos por tomar decisiones. No me pase usted la patata caliente. O toma la decisión o me explica muy, muy bien las consecuencias de mi voto en una y en otra dirección. Y eso, ya he dicho, que en las decisiones sobre Europa no ocurre. Gracias al Brexit tenemos la seguridad de que no habrá más experimentos peligrosos vía referéndum porque a las urnas, como las armas, las carga el diablo y se les disparan a los idiotas.

La quinta consecuencia positiva del Brexit habla inglés pero es católica, pertenece a la UE, tiene una fiscalidad mejor que el Reino Unido, podría ampliar su territorio si les abre la puerta a sus vecinos protestantes del norte (pro europeos también), son los que están más cerca de la City de Londres y ya tienen unas cuantas multinacionales extranjeras allí desde donde dirigen sus operaciones para todo el Viejo Continente. Sí, mi apuesta no es Bruselas, no es París, no es Francfort y no es Madrid. Es Dublín.

¿Hay o no hay entonces consecuencias positivas del Brexit?