jueves, 30 de marzo de 2017

Cinco claves financieras contra el cambio climático


El IEB ha presentado “Cinco claves financieras contra el cambio climático”, un estudio pionero sobre las claves financieras en favor de un nuevo modelo económico de bajo carbono que haga compatible el progreso con la sostenibilidad y el desarrollo con la conservación de nuestro entorno. Esta transformación implicará riesgos y consumirá grandes recursos financieros.

1.- El atractivo de las inversiones verdes en un contexto de bajos tipos de interés

El trinomio rentabilidad – plazo - volatilidad parece jugar a favor de la economía verde, al menos en términos relativos, respecto a otras alternativas. En una coyuntura de tipos bajos, la rentabilidad de los proyectos ligados al desarrollo sostenible resulta extremadamente atractiva. El tipo de interés medio a largo plazo en la OCDE viene situándose en los últimos 5 años entre el 0% y el 4%, mientras que las rentabilidades medias de los proyectos de la economía verde, alcanzan entre un 7%y un 12%.

Manuel Gómez Gutiérrez-Torrenova, el autor del estudio, explica que “la principal razón del incremento en la rentabilidad de estos activos es sin duda el alto grado de competitividad de las tecnologías sostenibles que ha reducido drásticamente los costes de inversión”.

2.- La transición no resulta tan cara y supone un gran negocio

El gran público asocia desarrollo sostenible con un alto coste, pero recientes estudios concluyen que esta transición, lejos de prohibitiva, parece más barata de lo estimado. Debido al incesante abaratamiento y evolución de ciertas tecnologías, el coste marginal de la transición a una economía verde resultaría prácticamente irrelevante.

Además, este escenario tiene transcendencia geopolítica, pues si el modelo de finales del siglo XX otorgó el papel protagonista a los países con grandes reservas de combustibles fósiles, la nueva realidad genera un nuevo tablero con menor dependencia y nuevas alternativas.

3.- Nuevos instrumentos financieros específicos

Proliferan nuevos métodos de financiación e instrumentos a disposición de los promotores y ejecutores de los proyectos relacionados con las políticas contra el cambio climático. La “financiación verde” supone una alternativa razonable para organizaciones tanto públicas como privadas que cobra especial relevancia en mercados altamente bancarizados como el español.

“El mercado de bonos verdes nació en 2007, siendo en su mayoría emisiones del Banco Mundial (BM) y la Corporación Financiera Internacional. Este mercado ha crecido sistemáticamente desde los 4.000 millones de dólares en 2010 hasta cerca de 70.000 millones en 2016” (Bloomberg y BM).
4.- El riesgo financiero sistémico de una transición tardía y brusca

Si la adaptación a una economía verde se produce de manera tardía y abrupta, la necesidad de abandonar el modelo productivo y de infraestructuras basado en combustibles fósiles implicaría un abandono súbito de determinadas tecnologías y modelos de negocio. Esto supondría una revaluación (devaluación) de activos y empresas que en la actualidad figuran en los balances del sistema financiero.

5.- Progresiva des carbonización de las carteras en el mercado de capitales

El mercado de capitales también se posiciona ya ante los nuevos riesgos y oportunidades. Algunos de las principales gestoras y fondos de inversión han comenzado una progresiva “des carbonización” de sus carteras, deshaciendo posiciones en activos ligados a actividades y recursos contaminantes.

Y lo hacen por la rentabilidad, escasa volatilidad y largo plazo de los activos sostenibles, pero también por la necesidad de mitigar riesgos relacionados con la exposición a activos varados o stranded assets.