Según la legislación española, los derechos de imagen son un derecho fundamental y personalísimo protegido por la Constitución y que poseen dos vertientes: la personal y la patrimonial, siendo esta segunda la que se puede explotar de forma comercial y la que permite hacer negocios sobre los rendimientos o la cesión parcial de su explotación a un tercero.
Además, si se trata de un jugador 'de equipo', el deportista posee una doble naturaleza de su imagen, la colectiva, que explota su club y la individual, que explota el mismo jugador. La de Messi como personaje o futbolista, por un lado -y en la que suele aparecer sin la camiseta de un equipo concreto (Audemars Piguet, H&S, Adidas, Pepsi), y la de Messi identificado como jugador del FC Barcelona (Qatar, Unicef) o de la selección argentina (Claro) por otro.
Sin embargo, hay un tercer derecho que también es importante, los derechos federativos, que son los de titularidad registral de un deportista que posee toda entidad deportiva frente a la Asociación Nacional correspondiente (Federación) y que facultan al propio jugador a participar en las competiciones oficiales en nombre y representación del Club con el que mantiene una relación laboral.
Estos derechos federativos pertenecen exclusivamente al club con el que está inscrito y no pueden ser compartidos. O sea, que un jugador sólo tiene unos derechos federativos (ficha en un club para un deporte concreto).
Aquí es donde entran los derechos económicos, que son los derechos de carácter patrimonial que derivan de los derechos federativos. Estos últimos sí pueden pertenecer pro indiviso a varias personas (clubes, futbolistas, compañías, terceros, etc.) y son los que confieren a su titular el derecho a percibir los réditos generados en el contexto del traspaso de los derechos de inscripción federativa relativos a un jugador entre clubes.
De esta manera, el importe obtenido en el traspaso del deportista se repartirá entre los propietarios de los derechos económicos en función del porcentaje que corresponda a cada uno.
Artículo realizado con la colaboración del despacho Cuatrecasas, Gonçalves Pereira.
